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Rio Maior

PARQUE NATURAL DE LAS SIERRAS DE AIRE Y CANDEEIROS


Localizacón: Aldea de Chãos
Punto de partida de la ruta: aparcamiento de la Cooperativa Terra Chã
Coordenadas GPS (WGS84): 39.417998, -8.920365
Tipo de ruta: circular
Nivel de dificultad: difícil
Extensión: 4,5 kilómetros
Duración Aproximada: 3 horas
Subida Total: 215 metros
Descenso Total: 473 metros
Altitud Máxima: 53 metros
Altitud Mínima: 270 metros
Época Recomendada: Todo el año 

Las sierras de Aire y Candeeiros son las formaciones calizas más importantes de Portugal. Y esta fue la principal razón de su clasificación como Parque Natural. Pero la morfología cárstica, la cubierta vegetal, la red de cursos de agua subterráneos, la fauna autóctona —especialmente, la cavernícola— y la intensa actividad de extracción de piedra son otros aspectos que esta clasificación intenta preservar y gestionar. Por tratarse de una zona elevada, el clima se caracteriza por una peculiar transición entre las condiciones mediterráneas y atlánticas, por lo que presenta una gran humedad, temperaturas medias y una gran escasez de agua en verano.

Esta ruta, conocida como «De Chãos a la gruta de Alcobertas» transcurre, por las inmediaciones de Chãos, una pequeña población que pertenece a la parroquia de Alcobertas, situada en la ladera sur de la sierra de Candeeiros, en un pequeño altiplano a pocos metros de la cima. Su nombre procede de la orografía plana, buena para el cultivo. A pesar de los grandes avances tecnológicos, todavía se pueden ver propiedades separadas por muros de piedra y algunas cisternas y eras. Por su ubicación, el paisaje se pierde de vista tras el horizonte.

La ruta se inicia en la sede de la Asociación Terra Chã. Aquí encontrará espacio para aparcar y un establecimiento de hostelería en el que la buena gastronomía regional es la protagonista. Salga del pueblo por la carretera principal y a unos cien metros, al inicio del asfalto, gire a la izquierda.

Encontrará un camino peatonal que transcurre entre los típicos muros de piedra. Estos muros sirven para delimitar las propiedades, y fueron hechos en su gran mayoría con las piedras que se encontraron en las propias fincas. Retirar las piedras era necesario para limpiar el terreno y facilitar las actividades agrícolas. Por tratarse de una zona de sierra, estos muros también son útiles para proteger del viento los cultivos. Al cabo de unos trescientos metros, nos adentramos en las calles de la aldea. Continúe por la carretera. A la derecha encontrará el primer lugar destacado. Se trata de un conjunto de arquitectura tradicional que nos permitirá conocer el modo de vida de esta comunidad rural.

Además de la vivienda, el cobertizo y sus instalaciones anejas, destaca la cisterna utilizada para almacenar agua. Por tratarse de una zona caliza sin aguas superficiales, todo el agua de la lluvia que cae sobre el tejado se transporta por un canal construido con tejas invertidas hasta la cisterna que abastece a la vivienda. La era, el espacio utilizado para secar y limpiar los cereales, servía los días de fiesta para reunirse con los vecinos, para entablar las primeras relaciones amorosas, para bailar y para cantar. En la entrada de este conjunto también podrá observar una huella de dinosaurio.

Unos 50 metros más adelante, la carretera se bifurca. Continúe por la izquierda y preste atención, porque a cien metros encontrará a la izquierda un estrecho sendero en una entrada del muro de piedra. Aquí se inicia el ascenso hasta la cima de la sierra de Candeeiros. Nos encontramos en el «sendero del valle de la charca», llamado así porque conduce hasta un embolsamiento de agua que hay en la cumbre. Se trata de un sendero con casi mil metros de terreno pedregoso que exige prestar atención. Durante la subida, aproveche para descansar y disfrutar de las vistas de Chãos y sus inmediaciones.

Al llegar a la cima encontrará un camino de tierra ancho que da servicio al parque eólico. Gire a la derecha aquí. Ciento cincuenta metros más adelante verá a su izquierda la charca que da nombre al sendero. En días de buena visibilidad, se pude divisar el océano Atlántico, gran parte de la costa oeste y las islas Berlengas. Aquí podrá escuchar el melódico cántico de la cogujada (Galerida cristata) y verla volar a gran altura. Al otro lado de la charca se inicia el sendero que conduce hasta la gruta de Alcobertas. Los altos aglomerados de piedra dominan el paisaje. Se trata de abrigos para los pastores: un espacio en el que solo cabe una persona sentada, al cual se entra por el lado opuesto al viento dominante. En su interior, se protegían durante las tormentas.

Además de importantes para la alimentación de los rebaños de cabras, las plantas que encontramos en este Parque Natural también son de un gran valor económico y científico, ya que muchas de ellas tienen cualidades medicinales y aromáticas. Aquí encontramos romero (Rosmarinus officinalis) creciendo por toda la sierra y dando olor y color al paisaje.

Regrese al sendero y camine unos quinientos metros hasta llegar al camino de tierra. Gire a la derecha y avance otros cuatrocientos metros hasta llegar a la gruta de Alcobertas. Aquí encontrará un mirador que permite contemplar los vastos horizontes que se extienden hasta la cuenca del Tajo y la sierra de Montejunto, además de las vecinas aldeas de Chãos, Casais Monizes y Alcobertas. El suelo del mirador está pintado de diferentes colores y de manera casi indescifrable, pero en realidad se trata de la ruta que se puede seguir por las diferentes salas de la gruta. Descienda las escaleras hasta el piso inferior del mirador. Aquí encontrará un descenso por un sendero muy inclinado y estrecho de casi quinientos metros que termina en un camino de tierra que nos lleva de regreso a la aldea.

A cabo de unos quinientos metros, encontrará el primer grupo de casas y el asfalto. Ahora solo le resta seguir unos ochocientos metros, siempre por la carretera principal que atraviesa el pueblo, hasta el punto de partida. 

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