Almeirim

Esta ruta transcurre junto al río Muge —uno de los afluentes del Tajo—, por los alcornocales y la fértil vega que lo rodea. 

Tiene su inicio en la plaza que hay junto al puente de Casal da Tira, en donde es fácil encontrar aparcamiento y cuenta con un establecimiento de hostelería. La ruta continúa hacia poniente, por la calle principal del pueblo. Nos encontramos en una típica aldea de casas de planta baja, edificios para guardar los aperos de labranza, huertas y cultivos. También hay pequeños viñedos para consumo propio. Una vez llegados al final del caserío y del tramo asfaltado, el resto de la ruta transcurre sobre tierra. Tras estos primeros mil metros, empiezan a dominar el paisaje los alcornoques.

Al inicio del camino de tierra, no gire a la izquierda: continúe siempre de frente durante unos seiscientos metros. Cuando encuentre el letrero «ponto de água», gire a la izquierda. Tras esta parte inicial plana, empieza una ascensión hasta el punto más alto. Todo este tramo se realiza por un alcornocal en donde el canto de las aves es una constante. Los alcornocales de la península ibérica constituyen un hábitat ideal que proporciona alimento y abrigo a muchas especies de animales. En este ecosistema se han registrado ciento sesenta especies de aves, treinta y siete especies de mamíferos y veinticuatro especies de reptiles y anfibios.

A media subida, a la derecha, encontrará una pequeña charca en la que se congregan diferentes animales para beber. Aquí es posible observar mamíferos como el zorro o el jabalí (Sus scrofa).

A partir de este punto el camino se bifurca. Debe continuar por la derecha. A unos quinientos metros, ya cerca de la cima, el camino desemboca en otra vía. Siga por la izquierda. Este tramo transcurre entre dos bosques contiguos. Aquí encontrará varias ramificaciones, pero debe seguir siempre por la derecha, dejando a su izquierda el monte disperso, y a su derecha el pinar más denso. En esta zona es posible ver varios madroños (Arbutus unedo). Al cabo de unos novecientos metros, gire a la derecha y continúe la subida atravesando el pinar. Tras unos 150 metros, gire de nuevo a la derecha y siga siempre la carretera principal a lo largo de la cima, pero ahora dejando el pinar a su derecha y un páramo a su izquierda.

Desde esta parte más alta, en los días con buena visibilidad se pueden divisar Almeirim, Santarém y la sierra de Aire. También es un buen lugar para ver grandes aves, como el ratonero (Buteo buteo) y el águila culebrera (Circaetus gallicus) que, como su propio nombre indica, se alimenta principalmente de reptiles, sobre todo culebras y lagartos. De vez en cuando, caza pequeños mamíferos, y más raramente, aves o insectos.

Al cabo de unos mil doscientos metros, gire a la derecha y cruce el pinar. A partir de este punto, la ruta empieza a descender hasta el río Muge y el monte disperso. Tras unos cien metros, cuando el camino se bifurca, siga por la derecha, y tras otros cien metros, gire a la izquierda. Recorra unos ciento cincuenta metros y gire de nuevo a la izquierda. Tras otros cien metros, en la bifurcación, gire de nuevo a la derecha y siga siempre de frente durante unos cuatrocientos metros más, hasta el merendero de Fazendas de Almeirim.

Aquí hay un manantial que alimenta la fuente de Vale de Água, y varias mesas que invitan a tomarse un descanso. Podrá observar muchas aves, como, por ejemplo el carbonero común (Parus major). Junto a la fuente, a su izquierda, encontrará una pequeña laguna y, en frente, la vegetación ribereña. Siga por el pequeño sendero y cruce el puente peatonal hasta la otra orilla. Aquí, gire a la derecha. Ya de regreso al punto de partida, la ruta vuelve a ser siempre plana a lo largo de la ribera del Muge y su densa galería arbórea.

Siga siempre de frente por la ribera del Muge, dejando a su izquierda los campos de labranza, los cultivos y los viñedos. Esta vega es muy fértil gracias a un bajo declive que, en épocas de lluvia, facilita el desbordamiento del río y la inundación de los campos adyacentes.

Atravesará una carretera asfaltada antes de que aparezcan a su izquierda varios caminos, pero debe seguir siempre de frente. Pasados unos dos mil metros, el camino parece acabarse y girar a la izquierda. En este punto, siga de frente por un sendero que atraviesa la densa vegetación, dejando a su derecha el curso de agua.

Al cabo de unos doscientos metros, volverá a encontrarse con el camino de tierra. Continúe de frente, dejando a su izquierda un campo cerrado en el que, en ocasiones, se pueden ver animales. Tras unos setecientos metros, encontrará una carretera asfaltada. Aquí, gire a la derecha y cruce el puente para llegar al punto de partida.